Partir por la mitad la calabaza (las semillas también se pueden hornear, aunque se recomienda eliminarlas con el fin de que no se quemen y que el asado sea mejor).
Una vez abierta y limpia de semillas, introducir la calabaza en el horno precalentado a 170 grados durante una hora y media hasta que quede dorada por encima y al pincharla quede blanda.
Para su consumo, se puede agregar un poco de miel por encima en caso de que no haya salido muy dulce.